lunes, 16 de febrero de 2009

Religión Contra Ciencia

Esta manida cuestión, este famoso enfrentamiento existe tal y como lo he titulado pero no en su viceversa. La ciencia no tuvo, ni tiene nada en contra de la religión. Pero para explicar este fenómeno os contaré un ejemplo donde definiré que es ser tener madera de científico. Hay científicos que no tienen esta madera.

Estamos ante una clase de chavales, y uno de ellos manifiesta que tiene una moto que vuela aparcada en las inmediaciones del colegio, queda un largo día para poder salir a la calle, lo importante ahora son las horas de clase. Ante esta manifestación hay dos aspectos a estudiar: la intencionalidad del muchacho y la reacción de la clase.

La reacción en la clase: en la clase habrá amigos suyos de antes de tal manifestación, chavales que lo aprecian por el día a día, chavales que se alegrarán por la noticia o podrán saber que es mentira de antemano, los amigos; chavales que le creen y por ello automáticamente empiezan a pelotear a ver si pueden jugar con la moto, los advenedizos; los que no le creerán y se podrán enfadar, irán diciendo que es mentira, los enemigos; los pasotas; y existe otro tipo que podría estar en cualquiera de estos grupos: amigos, enemigo y pasotas, el científico: el científico no sabe si es verdad o no que tenga una moto, pero tal afirmación le dará igual, lo juzgará por lo que es día a día: por eso puede ser amigo, enemigo o pasota, nunca advenedizo porque que tenga una moto que vuela realmente no le importa.
Bien resulta que los científicos, a lo largo del día van estudiando, diciendo, razonando y argumentando comentarios sobre la realidad que les rodea, sin ninguna intencionalidad con el susodicho dueño de la moto voladora, (si la tuviera sería de los enemigos y esta intencionalidad revelaría una falta de asepsia razonable para los demás científicos que están en otros grupos como amigos o pasotas), que hace que la versión del muchacho pierda credibilidad. Se extiende por la clase que la posible moto voladora es humo por culpa de estos comentarios. Es aquí y ahora donde vemos la intencionalidad del muchacho. Porque si la intencionalidad al decirlo y manifestarlo era la de compartir dicho juguete con la clase debería darle igual que le crean como si no, lo importante sería la calidad de la amistad recibida, tanto si le creen como si no, por lo tanto le daría igual ir perdiendo advenedizos; pero si la intención de este al decir lo de la moto era conseguir advenedizos, entonces si le fastidiará enormemente ir perdiendo de éstos por los comentarios de los científicos. No le interesará ir perdiendo niños pelotas, por lo que atacará a estos con todo su arsenal para poder ir desacreditándolos sobre sus afirmaciones. Estos, como ya he dicho, como científicos que son nunca negarán la moto. (Existe mayor creencia en Dios entre la comunidad científica de lo que se cree como muy bien cuenta Expediente X) Para ellos la moto no es importante, lo importante es el día que pasan en clase, el ahora y por ello que se clasificarán amigos o no del susodicho, pero tambien investigarán como son las cosas en la clase, si ésta le hace perder advenedizos al muchacho no es su intención. Pero como este pierde advenedizos se cabrea, viéndosele el plumero, su intencionalidad, y ataca contra el científico para que desmienta algo que está en la realidad de la clase. Porque lo importante no es que tenga la moto voladora y después poder jugar con ella, lo importante es que está perdiendo advenedizos que le hacían caso porque pensaban jugar con la moto.

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